LANZANDO FRUTA BOMBA A TRAVÉS DE ENREDOS SÓNICOS


LIZABEL MÓNICA

Aunque hemos estado ocupadas desde el año pasado, cuando el estudio nació, decidimos lanzar Fruta Bomba como proyecto a través de Enredos Sónicos, y en el contexto de la Bienal de La Habana de 2019. Hay varias razones detrás de esta decisión. Primero, nos gusta el hecho de ser un proyecto artístico que contribuye a la Bienal mediante la adición de otras sensibilidades diferentes a la del creador masculino. Segundo, queremos establecer que por mujeres entendemos no solamente el sexo biológicamente establecido, sino un abarcador espectro que incluye a mujeres transgénero e individuos comprendidos dentro de una variedad de performances de género y orientaciones sexuales. Tercero, nosotros disfrutamos los proyectos que entienden la música como una manera de empujar las fronteras de lo que significa escuchar, en una era caracterizada por el contenido tecnológicamente mediado y una constante oscilación entre modernidades en tensión.

Finalmente, apoyamos resultados colaborativos como este, que proviene de la unión de las artistas Adriana Knouf y Damarys Benavides. Mientras la primera envió sus composiciones musicales para que Fruta Bomba les hiciera el remix, la músico y productora Damarys Benavides tomó buen cuidado de las piezas adicionando sonidos y ritmos locales.

Enredos Sónicos es una colaboración de dos mujeres que provienen de países involucrados en una relación histórica compleja, ahora más grave en el contexto de los eventos sonoros conocidos como «sonic attacks». Con Enredos Sónicos, Adriana y Damarys mezclan sus particulares sensibilidades musicales para conformar un preámbulo de futuras conversaciones y la circulación contínua de un cuerpo diverso de ondas que viajan de un país a otro.